martes, 11 de enero de 2011

¿Dónde reside el sentido artístico de un Bailarín al empeñarse llegar a la perfeccion de una tecnica?

Durante la historia, en la primera etapa cuando comienzan a surgir las técnicas,
traen consigo un contexto rompedor sobre el cual se transmiten nuevas ideas,
pero con el paso del tiempo cuando se estandariza comienzan a regirse a
partir de parámetros iguales para todos, que hay que seguir, en sus formas e
incluso en las temáticas, a pesar de que éstas ya no sean actuales. ¿Cómo
aprender técnica Graham si no nos situamos en lo más íntimo de las pasiones
humanas? (tema de Martha Graham) o ¿cómo aprender técnica Limón sin
hablar de la vida y la muerte? (temas de Doris Humphrey
juego la creatividad del aprendiz, de quedarse con lo que le dan o investigar en
su propio cuerpo e historia su significado de la vida y de la muerte, en ponerle
de su propia cosecha a lo que le están enseñando, no quedándose con la
imitación y repitiendo una y otra vez un pitch o un arabesque. Por lo tanto, la
enseñanza de técnicas no es lo que convierte a un Bailarín en un ejecutante,
sino que el bailarín es el que se convierte a sí mismo en su propio ejecutante.
La labor del coreógrafo o maestro consiste en tener la capacidad de abrir el
espacio e incentivar la propia interpretación de su alumno, dándole las
herramientas necesarias para su apertura y no su encierro, sobre todo a los
alumnos en su primera etapa de acercamiento a la Danza. La Danza actual
requiere de maestros que enseñen la técnica desde su mecánica y no desde
su forma, porque la forma es repetición, en cambio la mecánica es la que va a
dar la experiencia al alumno, y a su vez la que generará la capacidad de
encontrar en éste su propia interpretación. “Creo que lo más triste de tanto
Ballet carente de interés es que el trabajo se aborda externamente. Así se
forman a los bailarines entrenados soberbiamente: aquellos que lucen
bellísimos, pero que son demasiado aburridos debido a que no hay fuego
interno, ni verdad ni pasión ni compromiso ni comprensión”.
Un ejecutante al aprender rigurosamente una técnica, se aprenderá sus formas
y estructuras, que si llega a su perfección (difícilmente de lograr) ya no le
queda nada más que hacer, por lo tanto la técnica nace y muere en su forma.
9). Pero aquí entra en Cliff Keuter
En cambio los verdaderos bailarines si quisieran podrían hacer nacer y volver a
renacer una técnica cuantas veces quisieran.
El último punto importante de abordar en relación a este tema es la importancia
que tiene el público frente a la definición de un bailarín. Porque debemos tomar
en cuenta que el concepto de Bailarín no solo lo definen los Bailarines sino que
también el público y la sociedad. La conciencia que tiene un público general
con respecto a la visión de un bailarín, es precisamente lo que nos llama la
atención. Todos aplaudieron desaforadamente por qué. ¿Qué es lo que espera
un espectador de Danza al ir a ver un espectáculo?, Ya habíamos mencionado
que el Ballet tiene un carácter de entretención, pero ¿el público se acostumbró
a ver la acrobacia sin buscar otros detalles? Luego de siglos en que la Danza o
mejor dicho el Ballet era una forma de entretención y de habilidades
acrobáticas, no es extraño que el público o la sociedad no comprenda la Danza
Contemporánea o la Performance
entretención para algunos, las habilidades acrobáticas pasaron a segundo
plano, y están a disposición de historias no lineales, ideas o conceptos. Por lo
tanto el público del ayer es el que aún busca en los bailarines eso, pero más
que nada es por ignorancia que a las obras que no tienen que ver con las
habilidades técnicas, les emiten críticas y juicios de valor diciendo que lo que
ven no es Danza.
La historia recopilada anteriormente nos da la reflexión que buscábamos para
poder comprender la opinión del común de la sociedad. No es fácil sacarse de
encima casi 400 años de historia. Tomemos en cuenta que la Danza Moderna
recién apareció a principios del siglo XX, la post- Moderna y la Performance
(que tienen una enorme influencia en la actualidad) aparecieron en los años 60,
o sea recién hace 50 años. Un espectador de estas nuevas tendencias debe
dejarse influir por las experiencias, sensaciones o sentimientos que le
producen los espectáculos, más allá de tratar de entender historias o
moralejas. Un espectador actual debe entregarse libremente a la asociación de
ideas y conceptos en las obras.
11. Que aunque siguen siendo una forma de

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