lunes, 10 de enero de 2011

Definición del concepto bailarín desde sus inicios

Al momento de buscar una definición de bailarín desde sus orígenes, comienza
la dificultad que siempre trae consigo la historia; diferentes perspectivas,
puntos de vista y una amplia gama de posibilidades de donde poder extraer
información.
Al empezar la investigación nació la dificultad de encontrar textos que nos
hablen desde un lugar más experiencial o filosófico de los orígenes y
reflexiones del concepto de bailarín. Por lo general la información se remite al
tema de la Danza y sus orígenes, y se encuentra enfocada desde el ámbito de
la relación que existe con su contexto histórico.
Desde los orígenes del hombre es posible detectar la Danza ligada a la
experiencia ritual, que por una parte expresaba sentimientos y por otra parte
su sistema de creencias, es decir, cada vez que danzaban se estaba
actualizando un mito
de Bailarín, existían personas que se movían a favor de una religiosidad, pero
no con una labor artística.
Tomando en cuenta lo dicho, no nos detendremos a analizar desde aquellos
orígenes, sino que nos centraremos en definiciones un poco más actuales,
aunque igualmente antiguas de este concepto; Grecia e India.
Es importante tomar en cuenta algunas percepciones de estas culturas ya que
fueron las que dieron los primeros pasos que ligaron a la Danza con el
concepto de arte separado de lo puramente ritual. A pesar de que sus
temáticas no se alejaban de lo religioso, y sus danzas indistintamente se daban
en situaciones especiales, festividades o celebraciones, ya no estaban en
dependencia de la actualización de los mitos.
Tanto en Grecia como en la India existen dioses relacionados a la danza, y eso
nos habla de la importancia que le daban a este arte en la sociedad. En la
mitología Griega, los dioses estaban ligados a todos los aspectos de la vida
humana, habían festividades realizadas a ellos, se hacían poemas, templos y
ceremonias, incluso en las mismas casa tenían pequeños altares para su
. En esta etapa aún no existía en la sociedad el concepto
adoración. Encontramos a Terpsícore, musa de la Danza, como parte
importante de la mitología, eso significa que realmente existe una importancia
cultural de la Danza en aquella sociedad.
Las musas eran diosas inspiradoras de las artes. Hijas de Zeus y parte del
cortejo de Apolo. Una musa con cuerpo humano y divino que podríamos
definirla como la inspiración inexplicable que poseía a la bailarina.
En la cultura hindú encontramos a Shiva Nataraj, el dios de la Danza. Uno de
los tres dioses más importante del hinduismo. Algunos hindúes lo utilizan para
explicar su existencia y el futuro. En la imagen que lo representa se encuentran
varios elementos que lo ligan a diferentes cualidades. Estas son: El origen de
la creación, el poder de la destrucción, la protección de los demonios y los
males, la salvación, la sabiduría, las fuerzas de la naturaleza y del universo. El
simbolismo de Shiva Nataraj es religión, arte y ciencia fusionados en uno.
En ambas culturas se ve a la Danza y a bailarín provenientes de un sector
divino y en ninguno de los dos casos vemos al Bailarín ligado a la idea de
ejecución práctica del movimiento. De igual modo, ambas culturas tenían
distintas percepciones del cuerpo, y seguramente este es un punto clave para
denunciar las diferentes concepciones y ramas que surgieron con el pasar de
los años tanto en Oriente como en Occidente.
Hay que tomar en cuenta que para los Griegos la figura humana era algo de
suma importancia. Los ideales de belleza eran parte de la sabiduría, y tenían
un fuerte peso en las artes. Existían las medidas áureas, que denunciaban la
perfección a la que podía llegar el cuerpo humano, una perfección que estaba
íntimamente ligada a la observación de la naturaleza. Estas medidas eran
imprescindibles en la vida y en el arte, un fuerte ejemplo son las esculturas,
legado que conocemos por los Romanos.
Si nos remontamos tiempo después, en el siglo XII, cuando en la Danza
predominaba el Ballet, se volvieron a retomar algunos cánones de belleza de
la época clásica. “A partir de las normas de belleza instituidas por la Real
Academia de Música y Danza (1661), se estableció un primer fundamento que
ligaba la imagen del cuerpo a principios provenientes de la Antigüedad
Clásica”
cuerpo de un Bailarín. Pero ¿El Ballet realmente percibió la concepción total
que se tenía de la Danza en la cultura griega?, o simplemente se valió de los
conceptos superficiales que se pueden entender ¿El legado griego ligado a la
Danza y al Bailarín se habrá quedado en la formula de su perfección y belleza
o existe una espiritualidad de por medio?
Reflexiones sobre los pensamientos de Jean Jacques Noverre, Marius Petipa e
Isadora Duncan, son parte de los ejes que nos entregarán respuestas a estas
preguntas.
Por otra parte si viajamos a Oriente, podemos darnos cuenta que el cuerpo es
de real importancia, pero siempre por ser el almacenaje del alma. En el
hinduismo no existen ideales de belleza física, los ideales divinos siempre van
en relación directa con la mente.
“Mientras estamos sobre la Tierra en el cuerpo, hemos de vivir la vida del
espíritu. Ahora mismo el cuerpo es apagado, primitivo, sin desarrollar. Cuando
vivimos en el cuerpo y nos interesamos sólo por el cuerpo, a menudo todo es
confusión. Cuando vivimos en el alma, todo es iluminación. Nunca debemos
ofrecer apego al cuerpo físico. Si estamos apegados al cuerpo, estamos
inmediatamente atrapados por los grilletes de la ignorancia y estaremos
perdidos en el cenagal de la atadura y la limitación. Por otra parte, si le
ofrecemos menosprecio al cuerpo, a la conciencia física, nunca estaremos
plenamente y totalmente colmados aquí en la Tierra. Es aquí en la Tierra
donde tenemos que realizar la Verdad, crecer en la Verdad y manifestar la
Verdad.”
El Ballet retomó parte de estos ideales y los llevó a los ideales del
Por lo tanto, luego de leer estas aclaraciones, no podemos dejar de pensar que
la Danza para la cultura oriental está más ligada al cuerpo como herramienta y
no como un fin. La belleza se enlaza a lo espiritual, y el cuerpo es un reflejo de
ello. La cultura oriental está más ligada a la propia conciencia del bailarín.
Observan al bailarín como parte de sus divinidades máximas, y a la Danza
como un arte primordial en la vida. Aparte de Shiva, ningún otro dios, de esa
importancia está ligado a un arte. Tomemos en cuenta entonces que aquí la
Danza no va en relación a una estética de movimientos ni a una corporalidad,
sino que va en relación a las energías que regulan al cuerpo, la mente y la
espiritualidad. “La danza Cósmica de Shiva Nataraj destruye la ignorancia”
Estos ideales hoy en día en Occidente, no nos suenan extraños en la
cotidianeidad y menos en la Danza. Luego del Imperio del Ballet, los
modernistas comenzaron a reflejar estas ideas, aunque desde otro lugar.
Surgieron filosofías que se ligaban a premisas tales como: La Danza es la
expresión del alma o el cuerpo es la expresión de emociones y discursos.
Luego en los años 60´, la corriente post-modernistas en Estados Unidos fue
fuertemente influida por la cultura oriental. En esta época se buscaron
diferentes formas de alteración de la conciencia, desde drogas hasta la
meditación y prácticas orientales como el yoga. Esta idea, ligada también a la
idea de la conciencia del cuerpo y la mente pensante y reflexiva influenció
fuertemente el arte. De aquí surgió una nueva mentalidad la cual le daba
especial importancia a algo nunca antes reflexionado; las experiencias y
vivencias del bailarín tanto en su proceso de aprendizaje como en escena.
Con estas nuevas concepciones comenzó una fuerte investigación que se
conserva hasta el día de hoy, ligada a la búsqueda de movimientos y
lenguajes personales, que ya no están plenamente ligados a lo que
popularmente es reconocido como Danza. Comienzan a surgir nuevas
expresiones y cualidades traducidas en el cuerpo y de diversas maneras. Pero
¿qué sucedió con la enseñanza? ¿Expresar nuestro sentir se enseña con
técnicas?

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